Caá Catí, en el interior profundo de Corrientes, donde el verde se extiende hasta donde alcanza la vista y las tradiciones se mantienen vivas con fervor, se celebra cada 31 de octubre (o en fechas cercanas) un encuentro que es mucho más que una fiesta: la Fiesta de San Cirilo.

Ubicada históricamente en la emblemática Estancia San Cirilo, cerca de Caá Catí, esta celebración es un punto de reunión bendecido por la amistad, la música y el espíritu gaucho.
Esta festividad tiene raíces profundas ligadas al trabajo rural, especialmente a la yerra, y rinde homenaje a figuras queridas de la comunidad, como «Cambá» Avel Esquivel. Más allá del folclore, el evento se ha ganado el apodo de «Templo de la Amistad», un lugar donde paisanos, familias y amigos de toda la región se reencuentran para compartir historias bajo el cielo correntino.

El verdadero protagonista musical de la jornada es el chamamé, cuyo ritmo inconfundible marca el pulso de la celebración. Es en torno a las guitarras y los acordeones que se tejen lazos y se perpetúan las costumbres locales, en una atmósfera que combina la solemnidad de la tradición con la alegría desbordante de la camaradería.

Aunque las ediciones recientes puedan variar su sede exacta, el espíritu permanece anclado en la Estancia San Cirilo: un rito anual que reafirma la identidad correntina, donde la hospitalidad es ley y la música tradicional es el idioma universal. Es una cita obligada para quienes buscan sentir la verdadera esencia del campo y la calidez de su gente.
*Fotos gentileza de: Raúl Báez






